El Vaticano hizo público ayer el documento que excluye a los homosexuales de los seminarios y al sacerdocio, del que tanto se ha hablado en los últimos meses y que fue aprobado el pasado 31 de agosto por el Papa Benedicto XVI, de los primeros documentos firmados por el nuevo y excluyente Papa. Un marcado decálogo de odio hacia los homosexuales, controvertido documento que establece la política de la iglesia católica hacia la homosexualidad en el sacerdocio.
BBC/Reuters/Europa Press y Redacción Web-. En él se consideran pecados graves los actos homosexuales, pues son “intrínsecamente inmorales” y “contrarios a la ley natural”. “Por ello no pueden ser aprobados en caso alguno”, se indica. Respecto a las tendencias homosexuales, “profundamente radicadas que se manifiestan en un cierto número de hombres y mujeres”, son “desordenadas” pero esas personas deben ser “acogidas con respeto y delicadeza” y no ser “injustamente discriminados”.
Sus argumentaciones para la discriminación:
Los que practican actos homosexuales no “se encuentran en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres” y por tanto no pueden ser admitidos en el sacerdocio. Los que presentan tendencias homosexuales deben haber superado éstas “por lo menos tres años antes de la ordenación diaconal”. Si se ha hecho o no, o si se practican actos homosexuales o no, es algo que compete discernir a la Iglesia
La doctrina católica señala que la homosexualidad está intrínsecamente equivocada y la nueva instrucción dice que a los homosexuales practicantes se les debe prohibir convertirse en sacerdotes.
La prohibición también se extiende a los hombres con tendencias homosexuales arraigadas y a quienes adopten una "cultura gay".
Pero el documento señala que los hombres que hayan logrado vencer lo que describe como "tendencias homosexuales" durante los tres años previos a su solicitud de ingreso a los seminarios, podrían ser admitidos.
La instrucción -que provocó acalorados debates en los últimos días cuando se filtró a la prensa- se limita a los nuevos candidatos para recibir entrenamiento en seminarios católicos y no a quienes ya son sacerdotes.
La manipulación e interrelación de pedofilia y homosexualidad
Las medidas fueron ordenadas por el fallecido papa Juan Pablo II, luego de que estallaran varios escándalos de pederastia perpetrada por sacerdotes de la iglesia católica.
Sin embargo, algunos dirigentes católicos dicen que no hay prueba de que exista conexión directa entre la presencia de sacerdotes gay en la iglesia y los escándalos de abuso sexual a menores.
Otros críticos recuerdan que, en muchas partes del mundo, sacerdotes católicos se han visto involucrados en escándalos por tener relaciones con mujeres y señalan que el problema no radica en la homosexualidad sino en el voto de celibato que impone el ministerio católico.
El sacerdote católico británico retirado Martin Perdergast, miembro del movimiento cristiano gay y lesbiano, dijo que el documento es errado y pone en relieve lo que describió como la hipocresía del Vaticano hacia la homosexualidad.
"Hace exactamente lo contrario de lo que con frecuencia ha advertido la doctrina eclesiástica, es decir, no definir a las personas por su orientación sexual de una forma que disminuya su humanidad. Lo que esta instrucción parece hacer es sólo ver a los hombres homosexuales como un tipo de caso patológico con quienes no se puede debatir nada", dijo.
Otros también expresan preocupación de que cualquier intento por suprimir la subcultura gay que se ha desarrollado en algunos seminarios, simplemente haría que el asunto se volviera clandestino, sin resolver la crisis.
Sin embargo, el arzobispo de Birmingham, Vincent Nichols, dijo que la instrucción ofrece una guía práctica y útil.
"Por ejemplo, una persona que va a ser ordenada sacerdote debe tener el tipo de madurez que les permita relacionarse correctamente tanto con hombres como con mujeres y debe tener el tipo de autocontrol y la madurez que le permitan vivir una vida casta y célibe", dijo.
La sinrazón del cardenal Zenon Grocholewski
El prefhecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal polaco Zenon Grocholewski, foto izquierda, autor del documento publicado ayer en el que se afirma que la "Iglesia no puede admitir en el sacerdocio a los homosexuales", puntualizó que si una persona descubre su homosexualidad tras la ordenación sacerdotal puede seguir en la Iglesia e "intentar vivir en castidad".
Para el cardenal, la Iglesia considera los actos homosexuales "pecados graves" que no pueden ser aprobados, mientras que las "inclinaciones o tendencias homosexuales" se consideran "una inclinación objetivamente desordenada, que no es pecado, pero es una tendencia más o menos fuerte a un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral".
Sobre los que tienen "tendencias homosexuales", el cardenal polaco los definió en "situación de prueba" y pidió comprensión y que no sean discriminados de alguna manera. No obstante, puntualizó que "desde la Iglesia son llamados a respetar la Ley divina".
El purpurado resumió que "no pueden ser admitidos en el seminario o en la ordenación sacerdotal tres categorías de personas: los que practican la homosexualidad, los que tienen tendencias homosexuales arraigadas y los que sostienen la llamada cultura gay".
En este punto, aclaró que, por contra, no es obstáculo para el sacerdocio el tener tendencias homosexuales "transitorias", "llevados por la curiosidad, o por la adolescencia, o en casos accidentales --como tras una borrachera--, o en circunstancias particulares --como haber pasado muchos años en la cárcel--, y añadió que en estos casos "basta que hayan pasado tres años antes de la ordenación diaconal".
El autor de esta instrucción manifestó que ésta "no implica ningún tipo de discriminación hacia las personas homosexuales" y puso como ejemplo que no es discriminación que en una escuela de astronautas no se admita a quien tiene vértigo. "Es simplemente la determinación de los requisitos que retenemos oportunos", dijo.
Sinvergüenzas hasta el final
Sinvergüenzas hasta el final, primero dicen que los homosexuales son inmorales y contrarios a la ley natural, para continuar exponiendo que son desordenadas sus conductas y terminar en un acto de cinismo sin precedentes de que deben de ser acogidos con “delicadeza” y no ser “injustamente discriminados“.
Si esta es su delicadeza y manera de no realizar una injusta discriminación es que sencillamente son los mayores cínicos, sinvergüenzas y caraduras que hayan pisado el planeta. Te entierran un puñal hasta el fondo del corazón para luego con un pañuelo retirarte la sangre y “apiadarse” de ti; sencillamente una panda de desnaturalizados sin sentimientos ni escrúpulos de ningún tipo.
Nuevo Papa también rechaza y estigmatiza a los transexuales.
Cuando Joseph Ratzinger aún no era Papa sino prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) ya pasó una nota confidencial en la que exigía la expulsión de los religiosos que hubieran cambiado de sexo, y prohibía a los transexuales el acceso a la vida religiosa, así como la introducción de modificaciones en el registro bautismal.
Prohíben a las y los transexuales rectificar la partida registral de bautismo, además expulsan a los religiosos y religiosas que se hayan reasignado de sexo, provocándoles dolor y estigmatización, por algo que nadie elige, haber nacido con una identidad de genero que no se corresponde al sexo biológico; reconocida por la Organización Mundial de la Salud.
BBC/Reuters/Europa Press y Redacción Web-. En él se consideran pecados graves los actos homosexuales, pues son “intrínsecamente inmorales” y “contrarios a la ley natural”. “Por ello no pueden ser aprobados en caso alguno”, se indica. Respecto a las tendencias homosexuales, “profundamente radicadas que se manifiestan en un cierto número de hombres y mujeres”, son “desordenadas” pero esas personas deben ser “acogidas con respeto y delicadeza” y no ser “injustamente discriminados”.
Sus argumentaciones para la discriminación:
Los que practican actos homosexuales no “se encuentran en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres” y por tanto no pueden ser admitidos en el sacerdocio. Los que presentan tendencias homosexuales deben haber superado éstas “por lo menos tres años antes de la ordenación diaconal”. Si se ha hecho o no, o si se practican actos homosexuales o no, es algo que compete discernir a la Iglesia
La doctrina católica señala que la homosexualidad está intrínsecamente equivocada y la nueva instrucción dice que a los homosexuales practicantes se les debe prohibir convertirse en sacerdotes.
La prohibición también se extiende a los hombres con tendencias homosexuales arraigadas y a quienes adopten una "cultura gay".
Pero el documento señala que los hombres que hayan logrado vencer lo que describe como "tendencias homosexuales" durante los tres años previos a su solicitud de ingreso a los seminarios, podrían ser admitidos.
La instrucción -que provocó acalorados debates en los últimos días cuando se filtró a la prensa- se limita a los nuevos candidatos para recibir entrenamiento en seminarios católicos y no a quienes ya son sacerdotes.
La manipulación e interrelación de pedofilia y homosexualidad
Las medidas fueron ordenadas por el fallecido papa Juan Pablo II, luego de que estallaran varios escándalos de pederastia perpetrada por sacerdotes de la iglesia católica.
Sin embargo, algunos dirigentes católicos dicen que no hay prueba de que exista conexión directa entre la presencia de sacerdotes gay en la iglesia y los escándalos de abuso sexual a menores.
Otros críticos recuerdan que, en muchas partes del mundo, sacerdotes católicos se han visto involucrados en escándalos por tener relaciones con mujeres y señalan que el problema no radica en la homosexualidad sino en el voto de celibato que impone el ministerio católico.
El sacerdote católico británico retirado Martin Perdergast, miembro del movimiento cristiano gay y lesbiano, dijo que el documento es errado y pone en relieve lo que describió como la hipocresía del Vaticano hacia la homosexualidad.
"Hace exactamente lo contrario de lo que con frecuencia ha advertido la doctrina eclesiástica, es decir, no definir a las personas por su orientación sexual de una forma que disminuya su humanidad. Lo que esta instrucción parece hacer es sólo ver a los hombres homosexuales como un tipo de caso patológico con quienes no se puede debatir nada", dijo.
Otros también expresan preocupación de que cualquier intento por suprimir la subcultura gay que se ha desarrollado en algunos seminarios, simplemente haría que el asunto se volviera clandestino, sin resolver la crisis.
Sin embargo, el arzobispo de Birmingham, Vincent Nichols, dijo que la instrucción ofrece una guía práctica y útil.
"Por ejemplo, una persona que va a ser ordenada sacerdote debe tener el tipo de madurez que les permita relacionarse correctamente tanto con hombres como con mujeres y debe tener el tipo de autocontrol y la madurez que le permitan vivir una vida casta y célibe", dijo.
La sinrazón del cardenal Zenon Grocholewski
El prefhecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal polaco Zenon Grocholewski, foto izquierda, autor del documento publicado ayer en el que se afirma que la "Iglesia no puede admitir en el sacerdocio a los homosexuales", puntualizó que si una persona descubre su homosexualidad tras la ordenación sacerdotal puede seguir en la Iglesia e "intentar vivir en castidad".
Para el cardenal, la Iglesia considera los actos homosexuales "pecados graves" que no pueden ser aprobados, mientras que las "inclinaciones o tendencias homosexuales" se consideran "una inclinación objetivamente desordenada, que no es pecado, pero es una tendencia más o menos fuerte a un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral".
Sobre los que tienen "tendencias homosexuales", el cardenal polaco los definió en "situación de prueba" y pidió comprensión y que no sean discriminados de alguna manera. No obstante, puntualizó que "desde la Iglesia son llamados a respetar la Ley divina".
El purpurado resumió que "no pueden ser admitidos en el seminario o en la ordenación sacerdotal tres categorías de personas: los que practican la homosexualidad, los que tienen tendencias homosexuales arraigadas y los que sostienen la llamada cultura gay".
En este punto, aclaró que, por contra, no es obstáculo para el sacerdocio el tener tendencias homosexuales "transitorias", "llevados por la curiosidad, o por la adolescencia, o en casos accidentales --como tras una borrachera--, o en circunstancias particulares --como haber pasado muchos años en la cárcel--, y añadió que en estos casos "basta que hayan pasado tres años antes de la ordenación diaconal".
El autor de esta instrucción manifestó que ésta "no implica ningún tipo de discriminación hacia las personas homosexuales" y puso como ejemplo que no es discriminación que en una escuela de astronautas no se admita a quien tiene vértigo. "Es simplemente la determinación de los requisitos que retenemos oportunos", dijo.
Sinvergüenzas hasta el final
Sinvergüenzas hasta el final, primero dicen que los homosexuales son inmorales y contrarios a la ley natural, para continuar exponiendo que son desordenadas sus conductas y terminar en un acto de cinismo sin precedentes de que deben de ser acogidos con “delicadeza” y no ser “injustamente discriminados“.
Si esta es su delicadeza y manera de no realizar una injusta discriminación es que sencillamente son los mayores cínicos, sinvergüenzas y caraduras que hayan pisado el planeta. Te entierran un puñal hasta el fondo del corazón para luego con un pañuelo retirarte la sangre y “apiadarse” de ti; sencillamente una panda de desnaturalizados sin sentimientos ni escrúpulos de ningún tipo.
Nuevo Papa también rechaza y estigmatiza a los transexuales.
Cuando Joseph Ratzinger aún no era Papa sino prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) ya pasó una nota confidencial en la que exigía la expulsión de los religiosos que hubieran cambiado de sexo, y prohibía a los transexuales el acceso a la vida religiosa, así como la introducción de modificaciones en el registro bautismal.
Prohíben a las y los transexuales rectificar la partida registral de bautismo, además expulsan a los religiosos y religiosas que se hayan reasignado de sexo, provocándoles dolor y estigmatización, por algo que nadie elige, haber nacido con una identidad de genero que no se corresponde al sexo biológico; reconocida por la Organización Mundial de la Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario