“ENCICLOPEDIA GAY”
por
por
Mariano López e Ignacio D`Amore
Es un compendio caprichoso de personajes que conforman un imaginario transgresor y desenfadado de la cultura homosexual, a la que intentan rescatar del entumecimiento de la última década.
Este libro “bien puede entenderse como un obituario de la cultura gay que corre a toda máquina hacia su propia extinción, habiendo entrado en coma profundo hace más de una década”, ironizan en el prólogo `Las Autoras`, tal como lo firman.
Se trata de “una personalísima nómina de lo que sobrevivirá a este naufragio trágico pero justo, una suerte de catálogo de un museo de lo que está a minutos de ya no ser”, afirman López y D’Amore en el texto, con más de 300 páginas donde circulan hechos de artistas, políticos y personajes varios que formaron el imaginario vanguardista, contestatario de lo gay.
“Nos pareció que era algo que faltaba hace un tiempo, teníamos ganas de hacer un compendio que sirviera para hablar de esto”, reafirma D`Amore, sobre este diccionario “que surgió con un interés común: sumar información al tesoro de la juventud.
Fanáticos de la información y de saber siempre más de todo, el libro les dio espacio para repasar íconos gay súper clásicos y escribir sobre otra gente que igualmente merecía ser nombrada por su índole icónica en ámbitos más alternativos o `unders`.
Muchos de los personajes que aparecen en la enciclopedia no son gays, lesbianas, travestis, ni trans, pero tienen ese carácter particular como representantes de minorías y de la contracultura, una fuerte militancia en defensa de sus derechos o el apoyo a esos grupos.
Ahí están David Bowie, Britney Spears; Morrisey y Cher; Capote; Diana, de Invasión extraterrestre; Lía Crucet; la Sarli; Goycochea y Beckham; la reina Elizabeth I y una foto de Ricky Martin que lo dice todo, la única del libro.
“La observadora atenta encontrará miles de lagunas, se rasgará los vestidos ante lo que ve como una afrenta. Nada de eso mosquea a los autores que en este momento saborean unos `drinks` con las regalías del libro”, advierten en el prólogo que decreta la muerte “definitiva” de ese submundo y rescata las perlas que les dejó.
Las “intensísimas” de la pantalla grande Bette Davis y Joan Crowford, enemigas encarnizadas fuera de los celuloides en la época dorada de Hollywood, son algunos de los personajes elegidos por los compiladores en esta enciclopedia.
“En distintas décadas, actores y actrices de Hollywood dieron forma a una especie de la cultura de la fantasía que hace tiempo no existe más porque se jugaban otras cosas, en ese momento el cine era la única fantasía posible”, sintetiza D`Amore.
Por eso también los musicales hollywoodenses: “tienen mucho que ver con el imaginario alegre de los gays que en su adolescencia se formaron con Julie Andrews por ejemplo”, encarnación de la fantasía estricta con `Mery Poppins` o la novicia que abandona los hábitos y cruza a pie los Alpes de la mano del capitán Von Trapp para escapar del nazismo (tras dos horas de bailoteos y coros tiroleses).
San Sebastián, Donna Summer y Bjork son otras figuras con que los compiladores se alejan del “juego de pasteurización propuesto por el actual mercado de la `cultura gay`: que ya no lo es más entre comillas porque perdió ese espíritu propio de ir contra ciertas cosas”, señala D`Amore.
Así crearon un “lado B” del libro, publicado por Sudamericana, con `raros` y representantes de una suerte de “contracultura de la contracultura” como lo fueron en su momento los performers Batato Barea, Fernando Noy y Antonio Gasalla, o los son hoy Mika, un cantante libanés bastante potro que hace acordar a Queen, y la banda feminista Le Tigre.
Para D`Amore “el proceso de apertura de la sociedad conlleva esta especie de disolución. Ahora ya no se trata de romper barreras pero la lucha por los derechos sigue”.
Mirtha Legrand, Tina Tuner, Federico Moura, La Callas, Andy Warhol y Verónica Castro son otras de las más de 200 celebridades que aparecen tipificadas en secciones como tv, deportes, moda, filosofía y letras, históricos, intérpretes, vidas trágicas y misceláneas.
A las que suman un capítulo especial: `Madonna`, un apartado sobre la reina del pop atravesado por todas los subgéneros en que los autores dividieron el diccionario.
“La cultura gay para Madonna no es el punto de llegada sino mero material, y en ese ninguneo imperial se eleva sobre el común de `las mortalas` y nos conquista para siempre. Siempre va más allá de lo que habíamos soñado, nos regala aquello que ni sabíamos qué queríamos”, se lee en el texto.
“Nos parecía bueno hacer el libro, es como decir `bueno, durante todo este tiempo pasaron todas estas cosas y esto es una etapa cerrada`. La rebeldía y el escándalo como quiebre ya se hizo y ahora es todo un interrogante”, concluye.
Este libro “bien puede entenderse como un obituario de la cultura gay que corre a toda máquina hacia su propia extinción, habiendo entrado en coma profundo hace más de una década”, ironizan en el prólogo `Las Autoras`, tal como lo firman.
Se trata de “una personalísima nómina de lo que sobrevivirá a este naufragio trágico pero justo, una suerte de catálogo de un museo de lo que está a minutos de ya no ser”, afirman López y D’Amore en el texto, con más de 300 páginas donde circulan hechos de artistas, políticos y personajes varios que formaron el imaginario vanguardista, contestatario de lo gay.
“Nos pareció que era algo que faltaba hace un tiempo, teníamos ganas de hacer un compendio que sirviera para hablar de esto”, reafirma D`Amore, sobre este diccionario “que surgió con un interés común: sumar información al tesoro de la juventud.
Fanáticos de la información y de saber siempre más de todo, el libro les dio espacio para repasar íconos gay súper clásicos y escribir sobre otra gente que igualmente merecía ser nombrada por su índole icónica en ámbitos más alternativos o `unders`.
Muchos de los personajes que aparecen en la enciclopedia no son gays, lesbianas, travestis, ni trans, pero tienen ese carácter particular como representantes de minorías y de la contracultura, una fuerte militancia en defensa de sus derechos o el apoyo a esos grupos.
Ahí están David Bowie, Britney Spears; Morrisey y Cher; Capote; Diana, de Invasión extraterrestre; Lía Crucet; la Sarli; Goycochea y Beckham; la reina Elizabeth I y una foto de Ricky Martin que lo dice todo, la única del libro.
“La observadora atenta encontrará miles de lagunas, se rasgará los vestidos ante lo que ve como una afrenta. Nada de eso mosquea a los autores que en este momento saborean unos `drinks` con las regalías del libro”, advierten en el prólogo que decreta la muerte “definitiva” de ese submundo y rescata las perlas que les dejó.
Las “intensísimas” de la pantalla grande Bette Davis y Joan Crowford, enemigas encarnizadas fuera de los celuloides en la época dorada de Hollywood, son algunos de los personajes elegidos por los compiladores en esta enciclopedia.
“En distintas décadas, actores y actrices de Hollywood dieron forma a una especie de la cultura de la fantasía que hace tiempo no existe más porque se jugaban otras cosas, en ese momento el cine era la única fantasía posible”, sintetiza D`Amore.
Por eso también los musicales hollywoodenses: “tienen mucho que ver con el imaginario alegre de los gays que en su adolescencia se formaron con Julie Andrews por ejemplo”, encarnación de la fantasía estricta con `Mery Poppins` o la novicia que abandona los hábitos y cruza a pie los Alpes de la mano del capitán Von Trapp para escapar del nazismo (tras dos horas de bailoteos y coros tiroleses).
San Sebastián, Donna Summer y Bjork son otras figuras con que los compiladores se alejan del “juego de pasteurización propuesto por el actual mercado de la `cultura gay`: que ya no lo es más entre comillas porque perdió ese espíritu propio de ir contra ciertas cosas”, señala D`Amore.
Así crearon un “lado B” del libro, publicado por Sudamericana, con `raros` y representantes de una suerte de “contracultura de la contracultura” como lo fueron en su momento los performers Batato Barea, Fernando Noy y Antonio Gasalla, o los son hoy Mika, un cantante libanés bastante potro que hace acordar a Queen, y la banda feminista Le Tigre.
Para D`Amore “el proceso de apertura de la sociedad conlleva esta especie de disolución. Ahora ya no se trata de romper barreras pero la lucha por los derechos sigue”.
Mirtha Legrand, Tina Tuner, Federico Moura, La Callas, Andy Warhol y Verónica Castro son otras de las más de 200 celebridades que aparecen tipificadas en secciones como tv, deportes, moda, filosofía y letras, históricos, intérpretes, vidas trágicas y misceláneas.
A las que suman un capítulo especial: `Madonna`, un apartado sobre la reina del pop atravesado por todas los subgéneros en que los autores dividieron el diccionario.
“La cultura gay para Madonna no es el punto de llegada sino mero material, y en ese ninguneo imperial se eleva sobre el común de `las mortalas` y nos conquista para siempre. Siempre va más allá de lo que habíamos soñado, nos regala aquello que ni sabíamos qué queríamos”, se lee en el texto.
“Nos parecía bueno hacer el libro, es como decir `bueno, durante todo este tiempo pasaron todas estas cosas y esto es una etapa cerrada`. La rebeldía y el escándalo como quiebre ya se hizo y ahora es todo un interrogante”, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario