El congresista del Apra César Zumaeta plantea iniciar el debate sobre matrimonio entre personas del mismo sexo. La iniciativa se suma a un proyecto similar de su colega el toledista Carlos Bru
ce. Los más suspicaces asumen que esto tiene que ver con el deseo de Zumaeta de presidir este Congreso en su etapa final.
El tema es sin duda polémico: refuerza la línea divisoria entre liberales y conservadores, compromete ideas religiosas, moviliza a una minoría de género con opiniones fuertes y claras, agita el siempre impredecible avispero de la homofobia. De paso, el tema también lanza incómodos reflectores sobre la situación de la familia en el país.
El país tiene algunas leyes liberales y sensatas sobre el tema de las relaciones familiares: efectos matrimoniales automáticos para ciertas formas de convivencia prolongada, igualdad de derechos para hijos fuera del matrimonio, facilidades para el divorcio rápido. Lo que no parece tener el país es muchos ciudadanos tan liberales y sensatos.
ce. Los más suspicaces asumen que esto tiene que ver con el deseo de Zumaeta de presidir este Congreso en su etapa final.El tema es sin duda polémico: refuerza la línea divisoria entre liberales y conservadores, compromete ideas religiosas, moviliza a una minoría de género con opiniones fuertes y claras, agita el siempre impredecible avispero de la homofobia. De paso, el tema también lanza incómodos reflectores sobre la situación de la familia en el país.
El país tiene algunas leyes liberales y sensatas sobre el tema de las relaciones familiares: efectos matrimoniales automáticos para ciertas formas de convivencia prolongada, igualdad de derechos para hijos fuera del matrimonio, facilidades para el divorcio rápido. Lo que no parece tener el país es muchos ciudadanos tan liberales y sensatos.
Conductas como el abandono del hogar, el maltrato de las parejas, el descuido o el abuso de los menores, constituyen un filón importante de la crónica policial. No siempre denunciadas y no siempre publicadas, constituyen el telón de fondo en cualquier debate sobre la vida en común de los peruanos en todos los estratos.
El reclamo gay de igualdad de derechos para formar sociedades conyugales a través de una ley nos parece perfectamente atendible. El primer paso dado por Argentina en la región fortalece las posiciones a favor. En Islandia la primera ministra Johanna Sigurdardottir acaba de estrenar la ley del matrimonio homosexual, aprobada por unanimidad, con el suyo propio.
En el caso peruano el debate debe darse, pero quizás podría incorporar algunos aspectos de la problemática familiar en general. No se está sugiriendo que los gays deban pagar o salvar las malas prácticas en torno del matrimonio convencional, sino que los derechos de todos en las familias deben ser mejor cautelados en la práctica por el Estado.
El tema del matrimonio no es sencillo de por sí. En el caso de las uniones del mismo sexo aparece de inmediato la cuestión de las adopciones de niños, que algunos ven como una polémica aparte, y una suerte de segunda etapa en la liberalización de la sociedad. En todo caso no faltan niños abandonados en el Perú.
Es meritorio que Zumaeta y Bruce hayan asociado sus imágenes políticas con el debate que proponen, y es de esperar que persistan a lo largo de lo que promete ser una batalla en regla. Que los nuevos derechos de la comunidad gay sirvan para reforzar los derechos reales pero mal cautelados de la sociedad en su conjunto.
El reclamo gay de igualdad de derechos para formar sociedades conyugales a través de una ley nos parece perfectamente atendible. El primer paso dado por Argentina en la región fortalece las posiciones a favor. En Islandia la primera ministra Johanna Sigurdardottir acaba de estrenar la ley del matrimonio homosexual, aprobada por unanimidad, con el suyo propio.
En el caso peruano el debate debe darse, pero quizás podría incorporar algunos aspectos de la problemática familiar en general. No se está sugiriendo que los gays deban pagar o salvar las malas prácticas en torno del matrimonio convencional, sino que los derechos de todos en las familias deben ser mejor cautelados en la práctica por el Estado.
El tema del matrimonio no es sencillo de por sí. En el caso de las uniones del mismo sexo aparece de inmediato la cuestión de las adopciones de niños, que algunos ven como una polémica aparte, y una suerte de segunda etapa en la liberalización de la sociedad. En todo caso no faltan niños abandonados en el Perú.
Es meritorio que Zumaeta y Bruce hayan asociado sus imágenes políticas con el debate que proponen, y es de esperar que persistan a lo largo de lo que promete ser una batalla en regla. Que los nuevos derechos de la comunidad gay sirvan para reforzar los derechos reales pero mal cautelados de la sociedad en su conjunto.
Por Mirko Lauer
La República
Dom, 18/07/2010 - 05:00
La República
Dom, 18/07/2010 - 05:00
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